Según los datos recientes brindados por la FAO (Food and Agriculture Organization), un tercio de las zonas de pesca globales están sobreexplotados y otro 60% estaría al límite de sus capacidad. En este contexto, la pesca ilegal, ronda los 40.000 millones de dólares anuales, según WWF, buena parte de los cuales significan un saqueo descontrolado de los recursos a los países en desarrollo.
En este preocupante contexto, un nuevo informe del Overseas Development Institute (ODI) ofrece una interesante perspectiva la aplicación del Big Data. Según Miren Gutiérrez, Alfonso Daniels y Guy Jobbins , sus autores, las entidades privadas están siendo más eficaces que los gobiernos en beneficiarse con las ventajas que brindan los datos. Así es como dos empresas privadas u tres organizaciones sin fines de lucro han tomado la ventaja en monitorear y analizar la investigación que proviene de los movimientos de los barcos. Ellas son FishSpektrumm, OceanMind, Global Fishing Watch, Navama y TM Tracking.
A pesar de que estas organizaciones compitan entre ellas, también están colaborando en tareas comunes de interés público al demostrar el potencial de estos datos: desde listas de navíos involucrados en operaciones ilegales hasta la creación de una base de datos que cubra todas las embarcaciones pesqueras que operan en el planeta.