Desde 2016 la demanda de pescado y marisco con etiquetas que acrediten su origen sostenible se ha incrementado en el mercado español. Así lo expuso la directora de Marine Stewardship Council (MSC) de España y Portugal, Laura Rodríguez Zugasti, que aseguró que el interés por las eco-etiquetas ha crecido con “rapidez».
Actualmente 314 pesquerías (12% de las capturas mundiales) cuentan con su sello azul, con el que se etiquetan 28.577 productos vendidos en 94 países. Desde 2011 la ONG lleva trabajando en el asunto y ha certificado cinco pesquerías, 592 productos que se venden en el mercado nacional con etiquetas sostenibles y 45 empresas que acreditan la trazabilidad del pescado y el cumplimiento de los requisitos para esa certificación. El objetivo de la MSC es certificar el 20% de la pesca mundial en 2020.
Durante los años de la crisis, las empresas se centraron en otras prioridades como la reducción de márgenes o los precios más bajos. Una vez se empezó a superar esa coyuntura económica, MSC ha notado «más interés por parte de fabricantes y de distribuidores”, añade Rodríguez.
Asimismo, la directora recalcó que “España es un mercado difícil porque la variedad de especies es inmersa y para satisfacer al consumidor hace falta aún que muchas pesquerías se incorporen al programa”. En el caso de Alemania, hay mucha menos diversidad y, sin embargo, es el primer mercado del mundo para MSC, seguido de Reino, Francia y Holanda. Situando a España en el número 13.
En España cuentan con el distintivo solo un 2% de las capturas: el bacalao de mar de Barents, la anchoa del Cantábrico, el bonito atlántico, la sardina del Golfo de Vizcaya y el pulpo de Asturias. Rodríguez señala que el comercio español está muy fragmentado y la venta en fresco es fundamental, lo que requiere evaluaciones sobre más actores de la cadena de producción y venta.