Unos 4.000 tipos de mariposas tienen su particular santuario en un pequeño y humilde caserío de la norteña región de San Martín, un rincón de la Amazonía de Perú, cuyos vecinos lo construyeron al percatarse de que las mariposas desaparecían a medida que se reducían los bosques. Son muchos los visitantes que se deleitan con su belleza y descubren que la deforestación amenaza la riqueza natural de este país.
La presidenta de la Asociación de Desarrollo Sostenible Unidos por Palestina (Adesup), María Bustamante, cuya organización gestiona el mariposario y las visitas de turismo, indica que “las mariposas son un indicador natural de la calidad y estado de un ecosistema”. El objetivo se basa en concienciar a los turistas de cuidar el medio ambiente y repoblar de mariposas la región de San Martín, una de las más afectadas de Perú por la deforestación.
“Antes no teníamos consciencia y deforestábamos el monte o utilizábamos herbicidas que mataban las plantas hospederas de las mariposas. Una vez que empezamos a cuidarlas, las mariposas comenzaron a reproducirse y así estamos recuperando especies”, añadió Bustamante. Y es que anualmente en Perú se talaban unas 20.000 hectáreas de bosques amazónicos.