En las próximas semanas, la Comisión Europea propondrá un nuevo impuesto europeo sobre el plástico. Su fin será disminuir el consumo de envases de este material no biodegradable.

Además, con esta nueva tasa, se tiene previsto conseguir recursos para el 2020, cuando el Brexit repercuta en la pérdida de entre 12.000 y 15.000 millones de euros en los fondos comunitarios. El comisario europeo de Presupuesto, Günther Oettinger, explicó en una rueda de prensa que todavía se está analizando cuál sería el «mejor enfoque» para ese impuesto, que podría cobrarse a la industria al inicio del ciclo de producción o bien «al final de la cadena de consumo», es decir, al comprador.

Además, señaló que el consumo de plástico en el bloque europeo es «demasiado alto» y que los desperdicios generados se han trasladado tradicionalmente a otros países para ser reciclados o reutilizados, en particular a China. Pero como a partir de este año el gigante asiático vetó la entrada de desechos plásticos de otros lugares del mundo, la Comunidad Europea tendrá que buscar otras alternativas para evitar los problemas que crea la contaminación con plásticos en el océano y la superficie terrestre.