Los orígenes de la actividad científica de España en el continente helado se remontan al 27 de diciembre de 1986, día en que los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antoni Ballester, Josefina Castellví, Joan Rovira y Agustí Julià (fallecido en 2009) instalaron su tienda de campaña en la isla Livingston con el objetivo de estudiar un posible emplazamiento para una base española. Dos años después, en enero de 1988, se inauguraba la Base Antártica Española Juan Carlos I. Ese mismo año, España se convertía en miembro consultivo del Tratado Antártico. En ese momento, la base estaba financiada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y el CSIC.
“Desde su fundación, la BAE Juan Carlos I ha sido un laboratorio de referencia para la investigación antártica española y ha servido para unir y dar forma a una importante comunidad científica en la Antártida, favoreciendo la cooperación científica y técnica internacional”, explica Jordi Sorribas, director de la Unidad de Tecnología Marina del CSIC.
Renovación de la base
Las instalaciones fueron diseñadas para no ser usadas más de 20 años; por ello, en el año 2000 se inició el estudio de su renovación. Durante la actual campaña 2016-2017 se va a llevar a cabo la última fase de las actuaciones de remodelación, centradas en la instalación de los servicios finales y la puesta en funcionamiento conjunta de todos los sistemas.
La renovación y el nuevo equipamiento de laboratorios y espacios generales tienen un coste total aproximado de 16 millones de euros, financiados principalmente por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. “Gracias a la labor de aquellos pioneros y la constancia de personas e instituciones durante 30 años, hoy en día España tiene una posición respetada en el ámbito de la investigación en la Antártida. Las instalaciones de las que disponemos permiten vertebrar colaboraciones internacionales, gracias también al trabajo de unos equipos competentes y profesionales que generan una producción científica de primer nivel”, destaca Sorribas.
La BAE Juan Carlos I está incluida en el Mapa de Instalaciones Científico Técnicas Singulares. La base está íntegramente gestionada por el CSIC, a través de la Unidad de Tecnología Marina, que asume además la organización logística de las actividades antárticas que se desarrollan al amparo y bajo la coordinación del Comité Polar Español, dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. La investigación Española en la Antártida se enmarca en el contexto del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016 (MINEICO), que financia los proyectos científicos aprobados dentro de los distintos programas del Plan y el resto de proyectos científicos y actividades programadas dentro de la campaña antártica española.
Fuente: CSIC