Los pescadores de L’Estartit y de L’Escala participan en el denominado Proyecto Sepia -una iniciativa que comenzó en el Parque Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter (en Girona)- que persigue recuperar las poblaciones de sepia y de calamar. Hace tiempo, estos animales eran muy abundantes en la bahía de Pals y en la de Roses, pero en los últimos años se ha producido una importante disminución del número de ejemplares capturados.
Los pescadores atribuyen el descenso de las poblaciones de sepias y calamares a tres factores: uno de carácter global, como es el caso del calentamiento del mar; otro de carácter local, debido a la contaminación, tanto de origen urbano, como industrial y agrícola, y el tercer factor, que para ellos es el más importante, se debe a la sobrepesca, a la captura indiscriminada de estos animales, sean reproductores o no, así como a la destrucción de las puestas antes de que los huevos hayan eclosionado.
El Proyecto Sepia pretende actuar sobre el tercer factor, incrementando los lugares donde las hembras fecundadas puedan depositar las puestas, impulsando las capturas de las hembras después de que se hayan reproducido y evitando la destrucción de las puestas que estos animales dejan en los trasmallos y en otras artes de pesca.
Los abuelos de los actuales pescadores ya sumergían cabos con ramas de lentisco para favorecer la reproducción de las sepias, pero, con el paso del tiempo, esto pasó al olvido y dejó de hacerse. Con el Proyecto Sepia se está recuperando este proceso y se está experimentando con incubadoras marinas para intentar que los huevos, que accidentalmente llegan a la superficie con las redes, puedan seguir su desarrollo normal hasta la eclosión. Esto es importante puesto que durante la primavera estos pescadores pueden recuperar diariamente centenares o incluso miles de huevos.
Es habitual que las sepias y calamares se acerquen a las zonas de arena, a unos cinco metros de profundidad, donde buscan un lugar apropiado en el que fijar los huevos. Con frecuencia aparecen adheridos a las cadenas de las boyas de fondeo, a las redes o a las nasas. En los fondos de arena, la posibilidad de que sobrevivan y de que alcancen la madurez es mucho mayor que en otros lugares.
Al cabo de pocos días de inmersión, las ramas ya tienen numerosas puestas con centenares de huevos. Según la temperatura del agua, en un plazo de entre unas seis y ocho semanas eclosionarán los huevos y nacerán las primeras sepias.
Es de esperar que este esfuerzo colectivo de los pescadores artesanales de L’Estartit y de L’Escala contribuya a la recuperación de unas especies muy apreciadas por su alto valor gastronómico. Según afirman ellos, este trabajo se lo plantean como lo hacen los agricultores, “primero hay que sembrar para después poder cosechar”.
Fuente y fotografía: El País