El buen uso de los drones aplicado a la agricultura permitiría que se ahorrase sensiblemente en agua de riego y fertilizantes, al poder estudiar el terreno desde arriba y analizar sus necesidades de cuidados en tiempo real, un uso que se extenderá según se vayan conociendo sus ventajas.
Así se ha puesto de manifiesto en unas jornadas organizadas en Arahal (Sevilla) por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos -COAG-, donde expertos en esta materia han puesto sobre la mesa las ventajas del uso de estos aparatos, que han entendido que se terminarán imponiendo en la mayoría de las actividades económicas.
Como ha señalado Víctor Márquez, técnico especialista de COAG, las aplicaciones de estos aparatos en agricultura son diversas, pero sirven, entre otras aplicaciones «para el deslinde y mapeado de terrenos o identificación de árboles o especies invasoras, o incluso para contar cabezas de ganado, sobre todo en terrenos escarpados», aunque «una de las más importantes es la denominada termografía con la que se consigue concretar qué zonas necesitan más riego o menos, al igual que ocurre con el abono».
De esta manera, el agricultor ahorrará agua y presupuesto en fertilizantes porque tendrá estabilizado el terreno «e incluso en zonas de viñas, por ejemplo, por el color de la uva, se puede saber cuál está en su punto perfecto de maduración, de forma que la cosecha sea equilibrada».
«Cuando los agricultores entiendan que la utilización de esta nueva tecnología abarata otros recursos como abonos, agua o electricidad, la utilizará, aunque de momento los drones son los grandes desconocidos», asegura Márquez.
Fuente: La Vanguardia