Según explica Maximiliano Bello, oficial principal de una destacada ONG dedicada la mejora de políticas públicas, para mitigar la sobreexplotación de los océanos es necesario reducir los subsidios que los diferentes Gobiernos otorgan a las pesquerías, algo que fomenta la competencia irregular y la sobrepesca.
Durante la Cumbre Mundial del Océano, celebrada en Cancún del 7 al 9 de marzo, el especialista estadounidense, The Pew Charitable Trusts, comentó que se destinan al menos 20.000 millones de dólares al año a subsidios que, en vez de ir a parar en los pequeños pescadores, recalan en flotas industriales. “Los países que subsidian sus pesquerías no pueden seguir extrayendo de una forma inflada los recursos del mar, ya que estos no responden al dinero de los subsidios, sino a unas características biológicas determinadas”, apuntó.
Entre las medidas que proponen para acabar con el paradigma de explotación se encuentra también la reducción de la pesca ilegal, que representa 23.500 millones de dólares en productos pesqueros al año y es injusta con aquellos que realizan actividades legales. Bello enfatizó que debe considerarse la protección del hábitat de las especies marinas como una “inversión en el beneficio de muchas otras actividades, no solamente pesqueras, sino de turismo y que, además, salvaguardan las infraestructuras costeras”.