La operadora de la nuclear de Fukushima, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), logra contener la acumulación de agua contaminada en la planta. La retirada del combustible fundido de los reactores será ahora el mayor desafío a corto y medio plazo. Antes de celebrar el séptimo aniversario de la catástrofe, la propietaria y el Ejecutivo nipón, que supervisa la limpieza y desmantelamiento de las instalaciones nucleares, valoraron de forma positiva los progresos logrados.
El máximo responsable de TEPCO, Naohiro Masuda, afirmó que “en todos estos años, hemos pasado de tratar a la central como una zona de guerra hasta consolidar una situación de normalidad”. Por su parte la operadora de la planta y el Gobierno destacaron el “éxito” de los diferentes sistemas empleados para reducir la acumulación de agua contaminada de radiación, entre ellas la construcción de un muro de hielo subterráneo.
Estas medidas han logrado que se reduzca a un cuarto la cantidad de agua contaminada que se genera cada día en la planta (hasta unos 110 metros cúbicos diarios), un líquido que se almacena en tanques dentro de las instalaciones nucleares. Dichos avances permiten cumplir los plazos para el desmantelamiento de la planta, una tarea que durará hasta 2040 o 2050.