La enorme embarcación Race for Water, propulsada únicamente por energías renovables, hace casi un año que emprendió una larga travesía por el mundo para convencer a la sociedad de que estamos a tiempo de evitar que los plásticos se coman los mares.
El catamarán “verde” acaba de cruzar el Canal de Panamá y estará atracado en un puerto de la capital hasta el próximo 28 de febrero. Mide 35 metros de longitud y 23 de ancho y, lo más importante, no emite nada de dióxido de carbono. Está equipado con 512 metros cúbicos de paneles solares distribuidos en la cubierta superior y en las dos alas extraíbles que le hacen parecer una nave espacial.
Tal como indica Franck David, jefe de esta inusual expedición apodada Odyssey, “los océanos son nuestra comida, nuestro aire y nuestra agua, sin ellos no podemos vivir, pero están llenos de basura y el 80% de esos residuos marítimos son plásticos”. Durante la visita David indico que, además, se trata de un barco único en el que el sol es la principal fuente de energía pero también generan electricidad a través del viento y el agua.