Un reciente artículo publicado por The New York Times analiza a fondo el boom de una serie de startups y compañías que venden “agua cruda”. El reportaje hace un recorrido por iniciativas como Live Water o Tourmaline Spring, startups que se dedican a vender agua no tratada afirmando que la suya es “agua viva” a diferencia del agua embotellada tradicional o el agua de grifo.
Otras empresas, como Zero Mass Water, ofrecen «hidropaneles», dispositivos para conseguir agua de la atmósfera. Otras compañías invitan a los usuarios a buscar manantiales y recoger su propia agua”cruda” una moda que se haría extensiva al furor de las dietas crudívoras o la tendencia de los alimentos bio.
Estas empresas coinciden en afirmar que el agua que proveen contiene “probióticos beneficiosos para el organismo” y carente de las sustancias tóxicas como el cloro. Sin embargo, en el reportaje esta información está contrastada con una entrevista al director del programa Healthy Living Program quien advierte de la importancia de tratar el agua para evitar los problemas que las bacterias, virus, parásitos y compuestos cancerígenos para la salud humana. De momento, los inspectores federales de la Food and Drugs Administration están haciendo inspecciones para controlar los niveles de contaminación del agua provista por estas nuevas compañías.