España lleva tres años consecutivos con menos lluvia de lo habitual, hecho que golpea especialmente al noroeste de la Península. Debido a la sequía, los embalses de las cuencas del Duero y del Miño se encuentran con bajos niveles de agua. Habría que remontarse hasta 1995 para encontrar una reserva más baja en estas mismas fechas.
Estos tres años, con lluvias por debajo de la media y un otoño seco, acentúan la mala situación de los embalses peninsulares. Según los datos difundidos por el ministerio el pasado martes, el conjunto de la reserva peninsular está al 37,2%. En concreto el Duero está al 29,8% y el Miño al 38,6%.
A mediados de los noventa, España sufrió una gran sequía. En dos ocasiones (1994 y 1995) estas reservas estaban peor de lo que están ahora en la semana 46 del año. Según los datos de la red de pluviómetros peninsulares de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), desde 1995 tampoco se palpaba un octubre tan seco como el de este año.
La zona noroeste peninsular, menos acostumbrada a estos periodos, es la primera vez desde 1990 que se encuentra con los embalses de dichas cuencas con tan poca agua en estas mismas fechas. La escasez en los pantanos no solo afecta a los regadíos sino también a la generación de electricidad a través de las centrales hidroeléctricas.