La crecida extraordinaria de los ríos de la cuenca del Ebro en los últimos días alertó a varios municipios de Navarra, La Rioja y Aragón, comunidades en las que esta situación provocó perdidas económicas. Sin embargo, la mejora de la situación ha hecho que el Gobierno de Aragón rebaje el nivel de alerta en la ribera del grado dos a uno. Además, de acuerdo con lo informado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ,»el río ya está en su cauce». «Mientras que el año pasado en abril el río Ebro alcanzó los 30 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza y había emergencia por sequía, en abril de 2018 ha alcanzado los 2.100», anunció una portavoz de la CHE.
La crecida de los afluentes del Ebro no solo se debe a la lluvia de la semana pasada. «Veníamos de una crecida anterior en otros ríos que desembocan en el Ebro», señala. Este fenómeno, según la Confederación, remite porque ya ha pasado por toda la ribera: «La crecida está llegando al embalse de Mequinenza, en Zaragoza. Todo lo demás está de bajada y se normalizará con los días».