Un estudio publicado en la revista Nature Geoscience y liderado por Emilio Rodríguez Caballero, investigador de la Universidad de Almería y el Max Planck Institute for Chemistry (Alemania), indica que el área cubierta por algas, musgos y líquenes, conocidos como las cortezas biológicas del suelo o biocortezas, podría disminuir en un 40% para 2070 debido al cambio climático y al cambio en el uso del suelo.
Actualmente el área cubierta por estas comunidades es de 18 millones de km2 de suelo en el 12% de la superficie terrestre total. Sin embargo, durante la investigación, los científicos analizaron 500 estudios en los que identificaron 18 factores que determinaban qué zonas son más adecuadas para la formación de las biocortezas.
Al combinar estos datos con las proyecciones del clima y del uso de la tierra, los expertos confirmaron que en el futuro se desencadenará una disminución en la disponibilidad de esas áreas apropiadas para el crecimiento de estos vegetales, los cuales ayudan a controlar el movimiento del agua en los suelos y afectan al ciclo de nutrientes y la biodiversidad local.