La pesca eléctrica es una actividad que consiste en la captura a través de redes de arrastre con electrodos que provocan una descarga eléctrica y causan graves daños a la biodiversidad marina.
Desde hace un tiempo, un grupo de ONGs junto con organizaciones de pescadores envió una carta a la Comisión Europea informando que las recomendaciones científicas que recibiera esta entidad fueron ignoradas y descartadas. Estas organizaciones sostienen que la pesca eléctrica es un método de captura indiscriminada que provoca un impacto ambiental muy grave además de perjudicar a los pescadores artesanales.
En 2006, la Comisión Europea aprobó una serie de derogaciones que habilitaron la pesca eléctrica, a pesar de la prohibición de 1998 y de que en casi todo el mundo se estaba limitando su utilización, una decisión justificada por una presunta recomendación científica favorable. Hoy 16 de enero, el Parlamento Europeo decidirá si restablece la prohibición de la pesca con electricidad de 1998 o si permitirá el desarrollo de esta actividad.