Los representantes gubernamentales reunidos el pasado lunes en la conferencia del Convenio de Barcelona celebrada en Albania, dan un paso decisivo en la protección del corredor de migración de los cetáceos del Mediterráneo. Entre todos pactan la prohibición de realizar sondeos petroleros en la zona.
En el Convenio se validó toda la documentación técnica presentada por España para declarar esta franja marítima zona de especial protección. La Conselleria de Medio Ambiente del Gobierno de Baleares mostró su satisfacción por esta declaración provisional, la cual supondrá proteger unas 45.000 km2 en una franja que discurre entre la costa levantina y de Baleares y frente a la costa catalana, una reserva que blindará al conservación de los cetáceos.
Se trata de un acuerdo con un alto valor ecológico y un lugar de paso migratorio por el rorcual común hacia sus áreas de cría y alimentación en el norte del Mediterráneo y también el hábitat y la zona de alimentación para otras especies. Sólo falta que el Gobierno español publique un real decreto por el que se declare la zona como área marina protegida y su inclusión en la lista de espacios ZEPIM. Por su parte el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ya ha iniciado estos trámites.
Este régimen de protección prohíbe efectuar estudios sísmicos con cañones de aire comprimido y otras tecnologías, así como cualquier otra actividad extractiva durante un máximo de tres años desde que sea incluido en la lista ZEPIM. Además se reclama elaborar un plan general para reducir los niveles de ruido submarino, pues la contaminación acústica bajo el mar pone en riesgo la supervivencia de los cetáceos.