La posidonia es un pequeño tesoro bajo las aguas del mar Mediterráneo, una planta marina que contribuye al control de la calidad de las aguas y de la línea de costa. Es capaz de capturar más CO2 que ningún otro bosque y de producir más oxígeno que la selva amazónica.

Apenas mide un centímetro de ancho y pocas veces supera el metro y medio de altura pero, en su conjunto, forman un ecosistema esencial para numerosas especies marinas. Estamos pues ante los seres vivos más longevos del planeta.

Actualmente la posidonia cuenta con su mayor extensión en las islas Baleares: 55.795 hectáreas de pradera. Sin embargo, se trata de una especie que peligra de amenaza de extinción debido al turismo, la contaminación y el arrastre de las cadenas y anclas de los barcos.

Esas praderas de colmadas de posidonias es una de las preocupaciones de Red Eléctrica de España (REE). El responsable del departamento, Vicente González, explica que al crear los puntos de llegada de los dos extremos de la interconexión eléctrica submarina entre Ibiza y Mallorca, se encontraron con el receso de la planta. Según el Gobierno balear la especie ha experimentado una extinción entre un 30 y un 40% en los últimos años.

“Nuestra misión como empresa es inferir lo menos posible allí donde operamos. Queremos ayudar a mejorar nuestro entorno”, comenta González. Con esta filosofía la Red trabaja desde 2014 con el fin de reforestar ese bosque marino y ayudar a mejorar el entorno.