España es uno de los países europeos con el agua más barata. Según Fernando Arbués, Jaime Sanaú y José María Serrano, el esfuerzo que las familias españolas tienen que hacer para pagar la factura del agua es el segundo menor de Europa, sin embargo, en el caso de la electricidad es el tercero mayor.

Así lo indican los autores que estudian determinados servicios públicos y que exponen sus argumentos en el último número de Papeles de Economía Española editado por Funcas y que lleva el título “Economía de las ciudades”. Y es que la conclusión a la que llegan es que el precio que las familias pagan por el agua no guarda relación con el sistema de gestión de suministro sino que depende del acceso y disponibilidad de recursos hídricos (precipitaciones y altitud) y de la estructura urbana (número de viviendas y población).

El informe señala que el actual sistema de provisión del suministro de agua en España es muy barato comparado con el resto de Europa y en relación con los de energía. Datos de la International Water Association indican que el precio unitario de un metro cúbico de agua es un 35,3% más barato que la media europea.