Las tasas de crecimiento de este tipo de alga en Isla Livingston (Antártida) disminuyeron por el aumento de la cobertura de nieve, efecto contrario al crecimiento que se experimentó anteriormente durante la etapa de fuerte calentamiento.
Estos datos fueron reflejados en un estudio publicado en Scientific Reports en el que participó la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). “Nuestra intención era analizar si estos cambios recientes del clima, complejos y en buena medida inesperados, son biológicamente relevantes”, explica el investigador del Grupo de Simulación Numérica en Ciencias e Ingeniería de la ETSI de Telecomunicación de la UPM, Francisco Navarro.
Los investigadores estudiaron durante 24 años el crecimiento de seis especies de líquenes presentes en superficies rocosas recientemente deglaciadas. Para ello, escogieron un glaciar de Isla Livingston (Antártida) cerca de la Base Antártida Española Juan Carlos I.
Según los resultados obtenidos, entre 1991 y 2002 cuando la temperatura media estival aumentó en 0,42ºC, cinco de las seis especies analizadas aumentaron su tasa de crecimiento. Sin embargo, cuando la temperatura media estival decayó en 0,58ºC entre 2002 y 2015, la tasa de crecimiento de la mayor parte de las especies de líquenes sufrió una caída. “Dos de ellas incluso sufrieron un colapso, produciéndose una pérdida de individuos de tamaño notable, debido a una combinación de mayor precipitación en forma de nieve y una mayor pervivencia de la cobertura nival”, apuntó Navarro.
Los expertos aseguraron que el aumento de precipitaciones puede tener graves efectos adversos en las tasas de crecimiento de los líquenes cuando se produce en forma de nieve y a bajas temperaturas, ya que la prolongación de la cobertura nival impide que esta variedad de alga pueda realizar de forma efectiva la fotosíntesis .