Un estudio publicado en Nature Ecology & Evolution ha determinado que existe una relación entre el comportamiento de los cetáceos y el tamaño de sus cerebros. El informe recopila información de 90 especies diferentes de ballenas, delfines y marsopas y declara que los cetáceos tienen un comportamiento similar al de la cultura humana.
Estas características están relacionadas, según el estudio, con el tamaño y la expansión cerebral (conocida como encefalización) y similitudes como convivir en grupos sociales estrechamente vinculados, tener relaciones complejas y contar con dialectos regionales.
«Como seres humanos, nuestra habilidad para interactuar y cultivar relaciones sociales nos ha permitido colonizar casi todos los ecosistemas y ambientes del planeta. Sabemos que las ballenas y los delfines también tienen cerebros excepcionalmente grandes y anatómicamente sofisticados y, por lo tanto, han creado una cultura marina similar a la nuestra”, explica Susanne Shultz, bióloga evolutiva en la Escuela de Ciencia de la Tierra Medioambientales de Manchester y coautora del estudio.
Además Shultz añade que «la aparente coevolución de los cerebros, la estructura social y la riqueza conductual de los mamíferos marinos proporciona un paralelismo único y sorprendente entre los grandes cerebros y la hiper-sociabilidad de los humanos”.
El equipo utilizó datos para probar la hipótesis del cerebro social (SBH) y la del cerebro cultural (CBH), teorías que se utilizan para explicar el desarrollo de grandes cerebros en primates y mamíferos terrestres y argumentaron que es la primera vez que se aplican a los mamíferos marinos “inteligentes” en una escala tan grande.
Michael Muthukrishna, coautor de la investigación, agrega: «Esta investigación no trata solo de observar la inteligencia de las ballenas y los delfines, sino que también tiene importantes ramificaciones antropológicas”.
Otro coautor, Kieran Fox, neurocientífico de la Universidad de Stanford, añade: «Los cetáceos tienen muchos comportamientos sociales complejos que son similares a los humanos y otros primates. Ellos, sin embargo, tienen estructuras cerebrales diferentes de nosotros, lo que llevó a algunos investigadores a argumentar que las ballenas y los delfines no podían alcanzar habilidades cognitivas y sociales superiores”.