Tres investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante describen en el último número de la revista Scientific reports, del grupo Nature, un nuevo estudio en el que se confirma que los plásticos se han colado ya en la sal que producen las salinas marinas y que llega a la mesa de los consumidores.
Los autores de este trabajo analizaron entre septiembre de 2016 y junio de este año sales producidas por salinas de emplazamientos representativos de todas las costas españolas: Galicia, Huelva y Cádiz, en el Atlántico; Barcelona, Gerona, Valencia, Murcia y Menorca en el Mediterráneo; y La Palma y Lanzarote, en Canarias.
Según informa EFE Verde, su conclusión es clara: todas ellas contienen plástico en diferentes concentraciones, que van de 60 a 280 micropartículas por kilo de sal, en su mayoría tereftalato de polietileno (PET, el 83,3 % del total), polipropileno (PP, el 6,7 %) y polietileno (PE, el 3,3 %). Los análisis, remarca el estudio, se hicieron por triplicado, para evitar errores, y en algunos casos antes y después del empaquetado, para descartar que ese proceso añadiera el plástico.
La conclusión de este trabajo no es del todo nueva, ya que dos centros científicos de Shangai habían detectado lo mismo en 2015 en las sales marinas de China (incluso en concentraciones mayores), pero sus responsable creen que va a servir para despejar dudas.
Las salinas costeras emplean un técnica casi milenaria para conseguir su producto: toman agua de mar, la embalsan en espacios poco profundos y dejan que el sol y el viento hagan el trabajo restante, evaporando el agua y permitiendo que la sal cristalice. El trabajo liderado en Alicante por María Íñiguez, Juan Conesa y Andrés Fullana defiende que las micropartículas que se quedan atrapadas en los cristales de sal reflejan una “contaminación de fondo” por este tipo de compuestos del que no escapa ningún océano.