Más de la mitad de basura electrónica que se genera en nuestro país acaba en paradero desconocido. Ese es uno de los datos clave que revela el proyecto Countering WEEE Illegal Trade (CWIT, por sus siglas en inglés). La iniciativa, financiada por la Unión Europea, sitúa a nuestro país entre los estados europeos que más desperdicios de este tipo tiene fuera de control.
Cada año, según informa el portal Energías Renovables, se generan en España alrededor de un millón de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Muchos de estos desechos escapan al control de las autoridades y empresas que se encargan de gestionarlos. Según el estudio CWIT, «cerca del 60% de la basura electrónica que se produce en nuestro país acaba en paradero desconocido». Esto sitúa a España entre los países europeos con más chatarra electrónica fuera de control, solo superada por Chipre y Rumanía, que encabezan este escalafón. De acuerdo con los resultados del proyecto CWIT, de control y medición del volumen e impacto de estos residuos, cada año se producen en toda Europa más de 10 millones de toneladas de RAEE, de las que más de un millón se exportan ilegalmente y quedan fuera de la vigilancia de las autoridades.
De la cantidad registrada de desechos electrónicos en nuestro país, más de la mitad (el 55%) no se gestiona de forma adecuada y acaba en la basura mezclada con otros residuos. Sólo el 20% de esta chatarra se procesa para su tratamiento, mientras que entre el 5% y el 10% se tira al cubo de la basura y en torno al 15% no sigue la cadena de suministro sobre la recogida, transporte, intermediación y tratamiento de los RAEE.
La basura electrónica ya es el residuo que crece más rápido -un 20% cada año- y el más descontrolado en España. La ley sobre el tratamiento de los RAEE destaca que los materiales con los que están fabricados los aparatos eléctricos y electrónicos son un recurso que ni debe ni puede perderse, y prioriza la recuperación y reutilización de estos dispositivos de manera que puedan seguir utilizándose hasta el final de su vida útil.