La exposición a un aire de mala calidad ya se puede considerar como una de las más graves amenazas contra la salud pública en todo el planeta, y es que, según la OMS, la contaminación atmosférica causaría cerca de 3 millones de muertes anuales.
En nuestro país uno de los análisis más completos ha sido realizado por un equipo de investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona, que analizaron datos correspondientes a mortalidad, niveles de contaminación y zonas verdes en todo el territorio. Los resultados, publicados recientemente en Environment International, indicaron que la exposición a partículas en suspensión puede producir reducciones de hasta un año en nuestra esperanza de vida. En concreto, un incremento de 5 μg/m3 en la concentración de partículas PM10 resultó en una pérdida de casi un año de vida. A su vez, un aumento de 2 μg/m3 en la concentración de partículas PM2.5 se relacionó con una reducción de 7 meses de vida.