El informe del Banco Mundial (BM) cuantifica «el coste económico de la mortalidad prematura por la contaminación del aire ambiente y del aire en las viviendas» a partir del estudio de la carga mundial de enfermedad realizado por el Instituto de Mediciones y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad del Estado de Washington Seattle, en Estados Unidos. Entre las principales conclusiones a las que llega el Banco Mundial, destaca una en primer lugar: la contaminación atmosférica ha ocasionado en 2013 -concreta el BM- 5,5 millones de fallecimientos prematuros, o sea, uno de cada 10 fallecimientos ocurridos ese año en todo el mundo. Así los números, la contaminación atmosférica se sitúa nada más y nada menos que como «el cuarto factor de riesgo de muerte y el primero de carácter ambiental».
Los dos mundos
Como siempre ocurre en estos casos, aunque la afección del problema sobre la población civil en Occidente es muy grave, lo es mucho más en las regiones menos «desarrolladas» del planeta. Según el informe del BM, así, alrededor del 93% de los fallecimientos y enfermedades no mortales atribuidas a la contaminación atmosférica en el mundo se produjo en los países «en desarrollo», donde el 90% de la población estuvo expuesta a niveles peligrosos de contaminación del aire. En estos países, los niños menores de cinco años tienen 60 veces más probabilidades de morir a causa de la exposición al aire contaminado que los niños de países de renta más alta.
Costes
«En 2013 -explica el informe-, la exposición a la contaminación del aire ambiente y del aire en las viviendas impuso un costo en la economía del mundo de unos 5,11 billones de dólares estadounidenses en pérdidas de bienestar». Además -añade el Banco Mundial-, «a nivel mundial, el lucro cesante por trabajo perdido fue de un total de 225.000 millones de dólares ese año». Entre los años 1990 y 2013 -continúa el BM-, las tendencias han sido rotundas: «las pérdidas de bienestar casi se duplicaron y el lucro cesante por trabajo perdido aumentó el 40%».
España
El objetivo del estudio -como se dijo- es evaluar el costo económico de la mortalidad prematura por la contaminación del aire. Pues bien, en lo que se refiere concretamente al caso español, el informe del BM señala (página 100) que en 2013 hubo en nuestro país 14.689 fallecimientos consecuencia de la contaminación atmosférica. El lucro cesante por trabajo perdido ascendió ese año en España a 1.051 millones de dólares y las pérdidas de bienestar ascendieron a 49.331 millones de dólares (en total, el 3,46% del PIB). El informe -matiza Ecologistas en Acción- no computa «los daños provocados sobre los cultivos agrícolas o los ecosistemas naturales».
Estimación coherente
Según esta organización ecologista, la estimación del Banco Mundial es «una estimación coherente con la realizada el año pasado por la OCDE y la Organización Mundial de la Salud, que evaluaban el coste solo de los fallecimientos prematuros provocados por la contaminación atmosférica en el Estado español en 42.951 millones de dólares para el año 2010″. En ese sentido, Ecologistas en Acción hace un llamamiento al Gobierno español «para que cambie su desastrosa política energética y de transporte para mejorar la calidad del aire, salvando con ello miles de vidas y reduciendo el gasto sanitario de las administraciones públicas y de la población».
Semana de la Movilidad
La Semana Europea de la Movilidad comienza el próximo día 16 de septiembre y tendrá como colofón, como es habitual, el Día sin Coches (22 de septiembre). Pues bien, Ecologistas ha querido aprovechar la publicación de este informe del BM para recordar a las autoridades «que las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire en el Estado español pasan por la disminución del tráfico motorizado, la reducción de la necesidad de movilidad con un urbanismo de proximidad y la potenciación del transporte público (en especial eléctrico). Es esencial además -concluye esta oenegé- dar facilidades a la bicicleta y a los peatones en las ciudades».
Fuente y fotografía: Energías renovables