Investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han desarrollado un sistema que genera electricidad a partir de un fenómeno físico, que separa la sal y el agua a través de una membrana de tres átomos de espesor, llamado ósmosis.
Su trabajo, que se detalla en un artículo publicado en ‘Nature’, emplea agua de mar, agua dulce y un nuevo tipo de membrana de sólo tres átomos de espesor. Los defensores de la energía limpia pronto tendrán una nueva fuente para añadir a su gama existente de energía solar, eólica e hidroeléctrica: la energía osmótica, según los autores.
O más concretamente, energía generada por un fenómeno natural que se produce cuando el agua dulce entra en contacto con el agua de mar a través de una membrana. Los investigadores del Laboratorio de Biología de Nanoescala de la EPFL destacan que este proceso obtiene rendimientos nunca antes vistos.
El concepto es que una membrana semipermeable separa dos fluidos con diferentes concentraciones de sal. Los iones de sal viajan a través de la membrana hasta que las concentraciones de sal en los dos fluidos alcanzan el equilibrio, un fenómeno llamado ósmosis, informa la EPFL en un comunicado.
Puesto que un ion es simplemente un átomo con carga eléctrica, el movimiento de los iones de sal puede aprovecharse para generar electricidad.
Un metro cuadrado de membrana para 50.000 bombillas
Gracias a sus propiedades, la membrana permite que los iones con carga positiva pasen a través de ella mientras empuja la mayoría de los cargados negativamente. Eso crea una tensión entre los dos líquidos, ya que uno acumula una carga positiva y el otro una carga negativa, y esta tensión es lo que hace la corriente generada por la transferencia de iones.
«Hemos tenido que fabricar primero y luego investigar el tamaño óptimo del nanoporo. Si es demasiado grande, los iones negativos pueden pasar a través y la tensión resultante sería demasiado baja, y si es demasiado pequeño, no pasan iones suficientes y que la corriente es demasiado débil», detalla Jiandong Feng, autor principal de la investigación.
Lo que diferencia el sistema del EPFL es su membrana. En estos tipos de sistemas, la corriente aumenta con una membrana más fina y la membrana de la EPFL tiene pocos átomos de espesor, además de que está hecha de un material -disulfuro de molibdeno- idónea para la generación de una corriente osmótica. «Es la primera vez que se usa un material de dos dimensiones para este tipo de aplicación», destaca Aleksandra Radenovic, jefa del Laboratorio de Biología a Nanoescala.
Según cálculos, una membrana un metro cuadrado con un 30% de su superficie cubierta por nanoporos debería ser capaz de producir un mega vatio de electricidad, o lo suficiente para alimentar 50.000 bombillas estándar de luz de bajo consumo.
Y puesto que el disulfuro de molibdeno (MoS2) es fácil de encontrar en la naturaleza o se puede cultivar por deposición química de vapor, el sistema podría ser factible para aumentar la generación de energía a gran escala. El principal desafío en la ampliación de este proceso es encontrar la manera de hacer poros relativamente uniformes.
Hasta ahora, los investigadores han trabajado sobre una membrana con un solo nanoporo, con el fin de comprender exactamente qué sucedía.
«Desde una perspectiva de ingeniería, necesitamos el sistema de nanoporos que resulte ideal para mejorar nuestra comprensión fundamental de los procesos basados en membranas y proporcionar información útil para la comercialización a nivel industrial», explica Feng Jiandong.
Fuente y fotografía: Público