Larvas de perca afectadas por la contaminación con partículas de microplástico acaban comiendo sólo plástico e ignoran su fuente de alimento natural, el zooplancton. Este inquietante hallazgo, publicado en ‘Science’, corresponde a científicos de la Universidad de Uppsala, que encontraron que las larvas de peces expuestos a partículas de microplástico ven alterado su desarrollo y experimentan un crecimiento atrofiado, hechos que producen un gran aumento de las tasas de mortalidad.
Las partículas de microplástico (definidas como menores de 5 mm de tamaño) se originan a partir de grandes residuos de plástico desmenuzados en partes más pequeñas, o de plásticos manufacturados de tamaño microscópico (por ejemplo, microperlas en productos de cuidado personal). Estas partículas microscópicas residuales llegan a los océanos a través de cursos de agua y lagos y se acumulan en altas concentraciones en las zonas costeras poco profundas.
«Los peces criados en diferentes concentraciones de partículas microplásticas tienen tasas de eclosión reducidas y muestran comportamientos anormales. Los niveles de partículas microplásticas analizadas en el presente estudio son similares a lo que se encuentran en muchos hábitats costeros en Suecia y en otros lugares en el mundo de hoy», dice la bióloga marina Oona Lnnstedt, autora principal del artículo.
Fuente y fotografía: La Razón