Los corales de la Gran Barrera que sufrieron por segundo año consecutivo un blanqueo provocado por el aumento de las temperaturas no tienen ninguna posibilidad de recuperarse, advirtieron el lunes científicos australianos, tal y como informa Gestión.
En marzo, investigadores ya anunciaron que los arrecifes de la Gran Barrera habían sufrido una degradación sin precedentes y esto, por segundo año consecutivo.
Sus temores acaban de ser confirmados por observaciones aéreas de este sitio Patrimonio de la Humanidad desde 1981.
Este ecosistema, que se extiende a lo largo de 2,300 km -el mayor del mundo- sufrió en 2016 su episodio de blanqueo más grave desde que se registra este fenómeno por el aumento de las temperaturas del océano en marzo y abril.
“Los corales blanqueados no están forzosamente muertos. Pero en la parte central (de la Gran Barrera) prevemos pérdidas muy elevadas”, declaró James Kerry, biólogo en la universidad James Cook, que coordinó las observaciones aéreas.
“Al menos hará falta una década para que se restablezcan totalmente los corales que crecen más rápido”, explicó. “Dos episodios graves de blanqueo en un intervalo de 12 meses hacen que los arrecifes dañados en 2016 no tengan ninguna oportunidad de recuperarse”.
1,500 kilómetros afectados
El blanqueo de los corales es un fenómeno de debilitamiento que se traduce por una decoloración, provocado por el aumento de la temperatura del agua. Esto conlleva la expulsión de las algas simbióticas que dan al coral su color y sus nutrientes.
Los arrecifes pueden recuperarse si el agua vuelve a enfriarse, pero también morir si el fenómeno persiste. Y esta es la cuarta vez que se produce (las otras veces fueron 1998, 2002 y 2016).
Entre el año pasado y este, 1,500 km de arrecifes se vieron afectados por el blanqueo, declaró Terry Hughes, de la universidad James Cook. “Lo que hace que solo el tercio sur del arrecife haya salido indemne”.
“El blanqueo está relacionado con las temperaturas récord provocadas por el cambio climático”, explicó.
Múltiples amenazas
El Niño estuvo en mira por su impacto en la Gran Barrera durante el primer gran episodio de blanqueo global, detectado en 1998, y también en el de 2016.
La Gran Barrera también está amenazada por el cambio climático, la escorrentía agrícola, el desarrollo económico y la proliferación de los acantásteres, estrellas de mar que destruyen los corales.
“Es evidente que el arrecife está confrontado a numerosos desafíos, el más apremiante es el cambio climático”, declaró Hughes.
“Cuanto más aumenten las temperaturas, más frecuentes serán los episodios de blanqueo”, añadió. “La solución es reducir las emisiones de carbono, pero el tiempo apremia”.
Australia asegura que nunca ha hecho tantos esfuerzos para proteger la barrera, comprometiéndose a dedicar a este problema más de 2,000 millones de dólares australianos (1,400 millones de euros) en diez años.
La barrera y sus 345,000 km2 se libraron, por poco de entrar en la lista de sitios en peligro de la Unesco en 2015.