El año pasado, las energías renovables disminuyeron su participación en el consumo de energía primaria un 3,1%, situándose en el 13,9% del total. Es uno de los datos recogidos en el último estudio de APPA sobre el impacto macroeconómico de estas tecnologías en España, presentado hoy en Madrid por José Miguel Villarig, presidente de la asociación, y José María González Moya, director general. Y todo apunta a que en 2016 –el año del limbo gubernamental– los números no van a resultar mucho mejores.
José MIguel Villarig ve difícil poner números al efecto que la falta de gobierno está teniendo en el sector, pero en la rueda de prensa ofrecida esta mañana en la sede de Enerclub para presentar el estudio «Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en 2015» se ha mostrado convencido de que “la inestabilidad creada al no poder avanzar en los temas pendientes está perjudicando claramente a las energías limpias”. Y hay muchos temas pendientes de resolver.
Para el presidente de la Asociación de Empresas de Energías Renovables-APPA, lo primero es corregir los errores derivados de la reforma energética, que “aunque era necesaria”, afirma, “se hizo sin consultar con el sector y ha creado un escenario muy feo para las renovables”. Villarig considera que, para revertir la situación, hay que lograr que la supuesta rentabilidad razonable lo sea de verdad; cambiar y mejorar el sistema de subastas; que los megavatios limpios que ya no reciben ningún tipo de retribución sean compensados fiscalmente, ya que reducen las emisiones de CO2 y nuestra dependencia energética; y eliminar de la tarifa eléctrica todo aquello que no tiene nada que ver con la energía.
Eso para empezar. Porque trabajo hay para rato, según APPA. Por lo pronto, estamos muy lejos de alcanzar los objetivos comprometidos para 2020 con Europa. En 2015, en España tan solo se instalaron 27 nuevos MW renovables (150.000 MW en todo el mundo), cuando el propio gobierno, en su “Planificación Energética” 2015-2020 prevé la instalación de casi 8.500 nuevos megavatios renovables en el presente quinquenio, lo supondría la instalación de 1.695 MW anuales de aquí a 2020. Unos objetivos en los que el propio gobierno parece no creer cuando el año pasado convocó una subasta para la instalación de únicamente 700 nuevos MW renovables (500 MW de eólica y 200 MW de biomasa), a poner en marcha a lo largo de los próximos cuatro años.
Los datos aportados en el estudio de APPA demuestran, asimismo, que si pusiéramos fin a la altísima dependencia energética que mantenemos de los combustibles fósiles (72,8% el año pasado), aprovechando los muchos y variados recursos renovables que tenemos, España sería un país netamente exportador. También desmonta algunas de las acusaciones que se vierten sobre las renovables, al comparar –“interesadamente”, dice APPA– lo que cuesta su retribución y obviar los múltiples beneficios que aportan a nuestra economía.
Otro punto destacado por el presidente de la asociación en la presentación de esta mañana es la falta de un marco estable y predecible para el sector, que le permita planificar su futuro: “las decisiones se están tomando todo el tiempo desde la improvisación, y los grandes damnificados son las empresas y las contribuyentes”. Así las cosas, José Miguel Villarig pide al gobierno (sea el que sea el que salga) que valore las energías renovables como lo que son: “la mejor herramienta que tenemos para luchar contra el cambio climático”.
Participación en el consumo de energía primaria
El estudio de APPA pone de relieve que, por primera vez en la serie de estudios presentados por la asociación –este es el octavo consecutivo– las energías renovables disminuyeron en 2015 su participación en el consumo de energía primaria. La caída fue de un 3,1%, hasta situarse en el 13,9% del total. Mientras tanto, las renovables crecían en el mundo y en Europa un 4,8% y un 9% respectivamente.
El año pasado, el consuno de energía primaria en España creció un 4,6%. Las renovables fueron la tercera fuente de energía primaria, detrás del petróleo (la más consumida, con un 42,9%) y el gas natural (19,9%). Tras las renovables aparecen la nuclear (12,1%) y el carbón (11,7%).
En cuanto a energía final consumida, que creció un 0,5%, las renovables representaron el 14,8% del total, 0,8 puntos por debajo del 15,6% alcanzado en 2014. El descenso se debe a una menor generación eléctrica, que fue del 8,4%, un 1,1% menor que en 2014. Las renovables térmicas mantuvieron su aportación en el 6,4%. Por su parte, la energía final bruta –referencia para el cumplimiento del objetivo del 20% en 2020– alcanzó el año pasado el 17,43%.
Sector eléctrico
La potencia instalada en el sistema eléctrico español a finales de 2015 era de 106.257 MW. Las energías renovables en su conjunto representaban el 48,4% de esta potencia, con 51.398 MW, mientras que las tecnologías renovables del antiguo Régimen Especial, con 33.138 MW, alcanzaron el 31,2%.
De ellas, la eólica, con 23.020 MW instalados y un 21,7%, fue la segunda tecnología con mayor potencia acumulada, por detrás de los ciclos combinados de gas, con 26.670 MW. Por su parte, la solar fotovoltaica contaba con 4.674 MW, la solar termoeléctrica con 2.300 MW, la minihidráulica con 2.104 MW y la biomasa con 1.036 MW. Por regiones, Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia son, por este orden, las que tienen mayor potencia instalada, con un total del 64,3% del total de la potencia renovable instalada en España.
La producción eléctrica con renovables del antiguo Régimen Especial fue en 2015 de 71.713 GWh, lo que permitió cubrir el 36,9% de la demanda peninsular. Por tecnologías, la eólica cubrió el 19,0% y se situó como la tercera fuente de generación eléctrica durante todo el año, por detrás de la nuclear y el carbón, que cubrieron el 21,8% y el 20,3%, respectivamente.
Sector térmico y biocarburantes
Las fuentes renovables para consumo térmico se situaron en 4.283,6 ktep en el consumo de energía final en 2015. Se trata del segundo descenso anual consecutivo después de tres años de aumento, esta vez del 0,96% tras el registrado en 2014 del 1,35%. En 2011, 12 y 13, la aportación del renovables térmicas había crecido un 3,71% de media anual.
La biomasa fue la fuente más consumida en 2015, con el 91,88% del total. Le siguen, muy de lejos, la solar térmica (6,47%), el biogás (1,18%) y la geotermia (0,46%). En cuanto a los biocarburantes, alcanzaron una cuota global del 4% en el mercado de gasolinas y gasóleos de automación, de manera que el objetivo global obligatorio fijado para ese año (4,1%) se pudo cumplir ajustadamente gracias a la utilización de certificados de biocarburantes traspasados del año anterior.
Dan mucho más de lo que reciben
Como explicaron José Miguel Villarig y José María González Moya, el cuarto año de la moratoria renovable certifica, asimismo, la crisis que vive el sector. Pero también deja muy claro que estas tecnologías dan mucho más de lo que reciben. El informe de APPA le pone números:
• Contribución al Producto Interior Bruto. 8.256 millones de euros aportados al PIB español en 2015. Una cifra equivalente al 0,76 % del PIB, y que supone un incremento del 8,7% en términos reales con relación a 2014. Aunque la aportación ha vuelto a crecer, sigue muy lejos de su mayor cota, 10.639 millones (1,02%), alcanzada en 2012, antes de que se empezaran a notar los efectos de la reforma puesta en marcha por el gobierno.
• Empleo. Tras tres años de caída, las cifras de empleo registraron un ligero aumento, del 0,5%, en el pasado ejerciico, hasta situarse en los 75.475 puestos de trabajo. Aunque el sector aumentó en 383 sus puestos de trabajo, está muy lejos de los 142.940 empleos que alcanzó en 2008.
• Balanza comercial. Como en años anteriores, volvió a ser positiva en 2015, año en el que registró un saldo neto exportador de 2.511 millones de euros. Mientras las exportaciones de bienes y servicios de las empresas renovables alcanzaron los 2.783 millones, las importaciones fueron de 273 millones. Las exportaciones netas contribuyeron a mejorar nuestro déficit energético, que en el pasado año fue de 26.086 millones de euros.
• Aportación fiscal. Asimismo, el sector ha sido, un año más, contribuidor fiscal neto a la economía española; concretamente en 1.090 millones de euros, al haber satisfecho impuestos por valor de 1.097 millones y haber recibido tan solo 7 millones en subvenciones.
• Innovación. El sector invirtió en I+D+i 230 millones de euros el año pasado. La cifra supone el 3,41% de la aportación del sector al PIB y es bastante más alta que la media de la Unión Europea (2,03%) y cerca del triple (1,20%) de la media de la inversión que las empresas españolas dedican al capítulo innovador.
• Importaciones evitadas. El pasado año, la generación con energías renovables (eléctrica, térmica y biocarburantes) evitó la importación de 19.925.281 toneladas equivalentes de petróleo (tep), con un ahorro económico equivalente de 6.866 millones de euros.
• Emisiones de CO2. las tecnologías renovables impidieron la emisión a la atmósfera de 55.141.676 toneladas de CO2 en 2015, lo que permitió ahorrar pagos en concepto de derechos de emisión por valor de 423 millones de euros. Aunque han descendido las emisiones evitadas por una menor generación renovable con relación a 2014, ha aumentado el ahorro económico al haber subido el precio de la tonelada de CO2.
• Sector eléctrico. Las energías renovables produjeron ahorros en el mercado diario o pool por valor de 4.180 millones de euros, al abaratar en 16,9€ cada MWh vendido.
Todos estos datos demuestran, asegura APPA, que las renovables no solo son necesarias para cumplir los compromisos medioambientaels, sino un gran negocio para la economía del país. «España es un país privilegiado en recursos renovables y con alto potencial para su desarrollo industrial, que debemos aprovechar si queremos tener el peso que nos corresponde en un sector, el de las energías renovables, clave en la economía mundial», concluye la asociación.
Fuente y fotografía: Energías-renovables