Las previsiones para la vendimia de 2016 en la Comunitat Valenciana son «malas en cuanto a cantidad», ya que se prevé que la producción de vino se reduzca entre un 25-30 % respecto al año pasado, según afirma la Unió de Llauradors. La principal causa de esta disminución de rendimiento es la sequía que durante todo el año „más acusada en verano„ ha perjudicado a la Comunitat Valenciana, sumado a las altas temperaturas alcanzadas en los últimos meses.
Según Ferran Gregori, responsable técnico de viñedo de la Unió de Llauradors, las fuertes precipitaciones de la semana pasada fueron clave para la rentabilidad de la cosecha, ya que a pesar de que antes las expectativas eran de una pérdida del 30 % respecto a la campaña anterior, ahora «hablamos de un 20 %».
La buena noticia es que este año la presencia de las humedades ha favorecido a los viñedos, por lo que la calidad «será muy buena pero no en cantidad», apuntó Gregori.
Zonas de incidencia
El sector más beneficiado de la autonomía ha sido Castelló, ya que se espera un aumento de entre el 5-10 % de la producción respecto a 2015. Otra zona que se ha recuperado es la de Cheste, ya que la previsión aquí es solo un 15-20 % menor que el año pasado. La producción prevista en el área de Utiel-Requena resulta equiparable a la media general, con un pronóstico de reducción del 25 %.
Sin embargo, otros sectores han visto más perjudicadas sus cosechas vitivinícolas. Las lluvias, que no incidieron en la zona del Vinalopó, han mermado las posibilidades de la zona del Pinoso, donde se espera que la producción se reduzca hasta un 30 %, siendo esta la franja más afectada. En la comarca de Los Serranos la situación «se ha complicado mucho», manifestó el secretario técnico de viñedo de la Unió, que también remarcó la reducción, aunque «no tan exagerada», en Font de la Figuera.
Mano de obra local
Al contrario de años anteriores, donde un importante grueso de la mano de obra era extranjera, este año la demanda de empleo de inmigrantes es menor, por lo que los trabajadores de la vendimia este año serán autóctonos.
«Durante los meses de septiembre y octubre se generan muchos puestos de trabajo», explicó Gregori en referencia al aumento de ocupación gracias a la vendimia y el posterior proceso de producción de vino „como el trabajo en bodegas„, sobre todo en localidades como Requena, donde asegura que durante estos dos meses «no hay paro».
Mientras tanto, ente una disminución de la oferta y un aumento de la calidad de los viñedos, la COAG prevé «un escenario de precios estable a medio plazo». En comercio exterior, las perspectivas de comercialización según la COAG son «optimistas», ya que el problema de la baja producción afecta también al resto de países europeos y el mercado mundial está en alza.
Fuente y fotografía: Levante. El mercantil valenciano.