Científicos de la University of West England han desarrollado un prototipo de urinario público capaz de producir la electricidad necesaria para encender los seis tubos led del cubículo a partir de la orina de sus usuarios. La instalación podrá probarse desde este miércoles en el festival de Glastonbury, en Gran Bretaña.
“La tecnología del prototipo se basa en celdas de combustible microbianas (MFC, por sus siglas en inglés) que, como las pilas, presentan un ánodo y un cátodo”, explica a la agencia Sinc Irene Merino, investigadora del equipo gracias a una beca de la Fundación de Bill y Melinda Gates, junto al también español Daniel Sánchez.
Estas celdas se instalan en el interior de un contenedor al que llega la orina de los usuarios, de momento solo varones por el diseño de los urinarios. Dentro, las bacterias colonizan el electrodo del ánodo y actúan como un catalizador para que se descomponga la materia orgánica del pis. Durante la descomposición se liberan tanto protones, que viajan a través de una membrana semipermeable desde el ánodo al cátodo, como electrones, que viajan a través de un circuito eléctrico externo. Para completar el ciclo, en el cátodo también se produce una reacción de reducción de oxígeno. De esta forma se genera la energía necesaria para encender bombillas o tubos led.
“Nuestro proyecto está enfocado a países en vías de desarrollo, con vista a mejorar o incorporar instalaciones sanitarias, ya que el sistema, además de producir electricidad, reduce la demanda química de oxígeno (DQO), es decir, que también sirve para tratar la orina”, destaca Merino.
Los investigadores confían en llevar los urinarios, en colaboración con Oxfam y otras organizaciones, a la India o alguna región de África. En concreto, en campos de refugiados, comunidades, escuelas y baños públicos que carezcan de luz.
“El propósito final es conseguir electricidad para iluminar los baños –y posiblemente también los alrededores– en zonas empobrecidas, así como aumentar la seguridad de mujeres y niños en países en los que deben salir de casa para hacer sus necesidades”, concluye Merino. Los investigadores de la University of the West of England colaboran con diversas ONG para probar sus urinarios.
Fuente y fotografía: El Periódico