En una reunión del Consejo de Seguridad sobre cómo comprender y abordar los riesgos que el cambio climático suscita a la seguridad mundial, la vicesecretaria general de la ONU aseguró que “no es una coincidencia que los más países más vulnerables al cambio climático sean los que más a menudo son vulnerables al conflicto y la fragilidad”. La número dos de la ONU puso como ejemplo los países que están en la cuenca del Lago Chad y que visitó días atrás.
“La drástica reducción del lago Chad en más del 90% desde la década de 1960 ha llevado a la degradación del medio ambiente, la marginación socioeconómica y la inseguridad que afecta a 45 millones de personas. La competencia exacerbada sobre los escasos recursos y el círculo vicioso de riesgo y vulnerabilidad han disminuido la resiliencia de las poblaciones para hacer frente a las crisis humanitarias”, explicó. La lección de este ejemplo es que el cambio climático debe entenderse como un problema en una red de factores que pueden conducir a conflictos: “Dentro de esta red, el cambio climático actúa como un multiplicador de amenazas, aplicando un énfasis adicional en los puntos de presión políticos, sociales y económicos imperantes”.