Pese a la prohibición internacional, el ministerio de Noruega de pesca incrementa en un 28% la cuota de capturas de cetáceos para 2018. Lo que supone que la flota pesquera tendrá licencia estatal para capturar hasta 1.278 ballenas durante este año. Esta decisión, anunciada por el ministro Per Sanderg, se opone totalmente a la prohibición adoptada por la Comisión Ballenera Internacional.
Noruega e Islandia han sido los únicos dos países que siguen capturando ballenas sin tener en cuenta los acuerdos internacionales de protección de estos cetáceos. En Japón también se capturan al año un millar de ejemplares de ballenas, aunque en este caso oficialmente se llevan a cabo con “finalidad científica”.
En su defensa, el gobierno noruego argumenta derechos históricos y culturales para apoyar de forma abierta las capturas de ballenas para consumos locales y artes de pesca tradicionales, y también para ayudar a la gran flota pesquera. Asimismo Noruega se refugia alegando que sus cuotas de capturas se centran en especies en las que, aseguran, no se amenaza su supervivencia.