La Fundación Keto convence a los vecinos del Parque Nacional Marino Ballena, ubicado en el Pacífico sur de Costa Rica, de la necesidad de trabajar para adaptarse al cambio climático que amenaza a este espacio natural. “El cambio climático ya está aquí. No es solamente un cambio de temperatura, va mucho más allá”, comentó Cristina Sánchez, la bióloga marina que trabaja en un programa de la Fundación para adaptar a la comunidad de Bahía Ballena a dicho fenómeno.
Sin embargo, no ha sido muy difícil convencer a los vecinos, pues ellos mismos han observado año tras año los cambios del parque nacional. El ejemplo más claro es el mojón 55, que en el 1989 se colocó en tierra a 50 metros de distancia del agua y hoy día se encuentra tapado por el mar durante las mareas altas. Otro indicador de la erosión costera y el incremento del nivel del mar son las raíces expuestas de las palmeras y su inclinación.
Desde el impacto del fenómeno de El Niño en 2016, cuando el agua del mar superó los 30 grados, los arrecifes de coral se han visto afectados provocando que el 94% de los coloridos corales se tornaran a blanco. Por su parte la Fundación Keto permite a la comunidad trabajar en medidas de adaptación que protegen el parque y la misma economía de la zona, la cual depende en un 90% del turismo.