Según han informado investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO), la Stazione Zoológica de Nápoles, la Universidad de Barcelona y el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) se ha conseguido pruebas de que el aumento de la temperatura del agua en el Mediterráneo tiene efectos inesperados. Como la promoción de la floración de las praderas de Posidonia oceánica, una especie en declive.
Esta planta marina se reproduce sexualmente a través de la producción de inflorescencias aunque su crecimiento es lento y la floración es un evento no muy frecuente, lo cual implica un perjuicio para la supervivencia de esta especie en el contexto de los veloces efectos del Cambio Climático. Sin embargo, este reciente descubrimiento podría aportar cierto optimismo ante la situación de declive de esta especie, que podría tener una mayor capacidad de respuesta ante el calentamiento global de lo que se esperaba.
Este nuevo estudio, basado en un experimento con ejemplares de Posidonia oceánica cultivadas en laboratorio. Una vez aclimatadas, las plantas fueron expuestas a un estrés térmico similar al que experimentan en el mar a consecuencia de las olas de calor. Finalmente, se pudo comprobar que una considerable proporción de las plantas expuestas al calentamiento experimental habían florecido, al contrario que las plantas mantenidas a una temperatura normal, en las que no se desarrolló inflorescencia alguna.