En el año 2022, la India será el país más poblado del mundo, con unos 1.400 millones de habitantes, que dispondrán escasamente 2.000 m3 de agua por persona/año. Esto significa, que el país sufre un estrés hídrico severo.
Los sistemas fluviales del Ganges y el Brahmaputra abarcan el 0,2% del suelo del planeta, sin embargo, son habitados por el 10% de la población mundial. Siendo además una zona propensa a las inundaciones, sequías y a los ciclones. A veces, se echa en falta el agua, mientras que en otras parece, que no vaya a tener tierra que no sea cubierta por el agua.
El país recibe 4.000 km3 de lluvias anuales, pero el 80% de las mismas se producen durante los cuatro meses de verano, con el monzón, mientras que el resto del año apenas llueve. El suelo está seco y los ríos casi sin agua. La distribución de las precipitaciones en el país es muy irregular, es la zona noreste quien más recibe, mientras que el resto del país sufre intensas sequías.
Una población que va en aumento, con una expansión descontrolada de las ciudades y una enorme y sedienta zona agrícola, que demandan cada vez más agua, a una red pública hídrica escasa y sin apenas inversiones, que cuenta con unos servicios sanitarios mal gestionados. Esta combinación ha provocado que el agua escasee demasiado en algunos lugares y ésta se encuentre muy contaminada en gran `parte del país. Otras veces llegué en una nefasta con una nefasta abundancia con los monzones para los millones de habitantes que sufren las inundaciones todos los años.
Actualmente hay problemas con la demanda del agua y esto se agrava todavía más, ante la falta de depuración de las aguas residuales. Sirva, como ejemplo, la capital del país Nueva Delhi con veinticinco millones de habitantes, que no puede saciar su sed.
Extrae el agua del río Yamuna (afluente del Ganges) con unos 850 millones de litros diarios, siendo una de las principales fuentes de abastecimiento de la ciudad pero que a su paso por la misma deja el río muerto, porque se vierten unos 2.000 millones de litros de agua residuales cada día, por su falta de depuración. Nueva Delhi apenas depura el 30% de sus aguas residuales, convirtiendo al Yamuna y al Ganges en un sistema hídrico de los más contaminados del mundo.
La agricultura india utiliza el 85% del agua disponible, que es una barbaridad y nos señala el atraso de la misma. Solamente para poder alimentar a la nueva población, aumentará la demanda de agua, en el año 2025, un 40%. Los centros industriales necesitarán triplicar su consumo. Como vemos, las necesidades hídricas del país están totalmente disparadas.
Otro dato importante es, que el 70% de los ríos indios se encuentran gravemente contaminados y son ya incapaces de albergar vida acuática, es decir, son ríos muertos. Este dato de la contaminación aumenta día a día. Los acuíferos están sobreexplotados por la agricultura y sus niveles de contaminación van en aumento ¡Mal futuro hídrico se le espera a la India!
Vemos, como la India tiene gravísimos problemas hídricos, empezando por la poca agua que tiene, siguiendo por el mal uso agrícola que se hace, la fuerte contaminación de sus aguas, por lo que dificulta su uso, y por la irregularidad de sus lluvias.
El gobierno indio ha puesto en funcionamiento el Proyecto Nacional de Unión de Ríos. La idea es conectar una treintena de ríos para desviar el agua de aquellos que tengan excedentes, a los que tengan poco caudal. Se construirán treinta canales y se harán unos 3.000 embalses, siendo unos 15.000 los km de enlaces fluviales. El coste se calcula en unos 168.000 millones de dólares.
Esta política hídrica del gobierno indio responde a una concepción estructuralista del agua, que se corresponde con un pensamiento del siglo XIX, donde el cemento es el único remedio para asegurar el agua, para gran alborozo de las grandes constructoras mundiales.
Según su diseño, los ríos se organizan en dos grandes bloquees. Los ríos que proceden del Himalaya, donde destacan el Ganges y el Brahmaputra, parte de su caudal serán desviados al oeste del país hacia los estados de Rajastán y Gurayat. Sin embargo, los dirigentes indios deberían ser conscientes, que dichos ríos no son indios, sino que se rigen por tratados internacionales, pues el 40% de su caudal proceden de China y Nepal, que reclaman dicha parte, y lo mismo sucede con Bangla Desh, que sufrirá de forma inmisericorde este bajón del caudal de dichos ríos.
El otro río norteño es el Indo, que debe ser compartido por Pakistán y además el recorrido de este río por territorio indio se corresponde con el territorio sij, que reclama su independencia de la India, lo que representa unas limitaciones muy claras en el uso de sus aguas.
El segundo gran bloque son los ríos sureños, donde se establecerán hasta dieciséis conexiones para cubrir todos los Estados del área meridional.
La Autoridad Nacional del Desarrollo del Agua en la India dice:”Si podemos construir depósitos de almacenamientos en estos ríos y conectarlos con otras partes del país, los desequilibrios regionales podrían reducirse de manera significativa y tendríamos gran cantidad de beneficios mediante el riego adicional, el suministro de agua doméstica e industrial, la generación de energía hidroeléctrica y facilitar la navegación interior”.
Como podemos comprobar intenciones loables, pero imposibles, como hemos visto en otras experiencias, como en el caso de China, lago Chad o el mar de Aral, que acaban en un desastre total.
Se pretende generar más de 34.000 megavatios de energía y ampliar los actuales 140 millones de ha. de regadío para llegar a 175 millones de ha de regadío. La agricultura supone en la economía india el 15% y el 50% de su masa laboral, lo que nos demuestra el atraso en que se desarrolla. Debemos saber, que cada año se suicidan en la India unos 10.000 agricultores.
¿Son estos proyectos faraónicos la solución a los problemas del agua en la India?
No, como dice Parineeta Dankeda, que plantea como solución la mejora del actual sistema hídrico y dice: “La eficiencia del riego es sólo del 60%, las ciudades siguen perdiendo enormes cantidades de agua en fugas y en despilfarro, no tenemos un modelo de ciudad, que trate sus aguas residuales, y las reponga para su uso, los vertidos industriales continúan contaminando el agua…..”.
Este enorme cantidad de dinero, los 168.000 millones de dólares a invertir, que se va a gastar, deberían ser destinado a:
. Hacer llegar el agua al 100% de los hogares indios en buenas condiciones y con alcantarillado y depuración de las aguas domésticas e industriales.
. Se debe dar vida a los actuales ríos muertos.
. Una modernización de la agricultura, con un uso racional del agua de regadío con el uso de las nuevas tecnologías.
. Recuperación de los niveles hídricos de los acuíferos, cuidando de no ser contaminados.
En resumen, el futuro del agua en la India debería pasar no tanto en trabajar por dar más oferta sino en disminuir la demanda con un uso más racional del agua. Si no se hace todo esto, podremos llenar el país de embalses y canales, pero la India se morirá de sed y la que tenga y se trasvase será agua muerta. Mal futuro para la India. Esperemos que rectifiquen y analicen los numerosos ejemplos de desastres hídricos ya existentes que se han hecho en nombre de la modernidad ¿Aprenderemos?