Misterio resuelto. Los astrónomos ahora saben por qué muchos exoplanetas parecen contener menos agua de lo esperable. Observaciones realizadas por los telescopios espaciales Hubble y Spitzer han permitido a un equipo internacional de científicos detectar ‘huellas’ de este líquido, garante de la vida, en las atmósferas de una decena de estos astros. Los resultados del estudio, recogidos en la revista Nature, demuestran que existe una gran variedad de atmósferas planetarias en nuestra galaxia y arrojan luz sobre la composición de estos cuerpos celestes .
En concreto, los científicos usaron los telescopios espaciales Hubble (NASA-ESA), y Spitzer (NASA), para estudiar la atmósfera de 10 exoplanetas calientes del tamaño de Júpiter. Desde que en 1992 fue descubierto el primer exoplaneta, es decir un planeta orbitando alrededor de una estrella fuera del Sistema Solar, se han hallado cerca de 2000 más. Algunos se conocen con el nombre de ‘Júpiter calientes’, porque tienen características muy similares a nuestro vecino cósmico: son calientes, gaseosos y de un tamaño parecido.
Estos astros orbitan muy cerca de su estrella y eso hace complicado realizar observaciones para estudiar su atmósfera, porque los telescopios “se deslumbran” por la luz estelar. Por eso hasta el momento se habían podido realizar muy pocos estudios y esos estudios habían encontrado que diversos exoplanetas tenían menos agua de la que cabría esperar.
Para resolver esa incógnita, un equipo internacional de astrónomos se ha aproximado al problema de una forma distinta. Han aprovechado el tránsito del exoplaneta, esto es el momento en que el astro pasa por delante de su estrella.En ese momento, parte de la luz estelar atraviesa la atmósfera del exoplanetaria y llega a la Tierra, y se puede medir.
“La atmósfera deja una huella única en la luz de la estrella y la podemos estudiar cuando captamos esa luz”, indica en un comunicado de prensa Hannah Wakeford, coautora del estudio y astrónoma del Centro de vuelo espacial Goddard, de la NASA.
Así, combinando datos de ambos telescopios han podido obtener un espectro de luz amplio de una decena de planetas –de diferente tamaño, masa, temperatura- que les ha permitido entender un poco más sus atmósferas y extraer huellas de varios elementos y moléculas, incluida la de agua, con las que han podido establecer una correlación entre las atmósferas con nubes o niebla y la presencia débil acuosa.
Fuente y fotografía: La Vanguardia