Este año se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biólogica en medio de una situación de confinamiento y desecalada en numerosos países del mundo. La pandemia generada por el Covid-19 ha provocado que las recomendaciones para la población mundial fueran drásticas en relación a la reclusión en los hogares para evitar contagios.
Esto ha provocado que la naturaleza viviera durante dos meses casi sin la presencia del ser humano y su consecuente regeneración ha sido muy destacada. Es precisamente este el mensaje que se lanza en el día de hoy, no olvidar la recuperación experimentada por la naturaleza ahora que el ser humano comienza a recuperar cierta libertad y poner en valor la importancia de cuidar la biodiversidad que nos rodea porque de ella depende nuestro futuro.
El Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, asegura que “a medida que invadimos la naturaleza y saqueamos hábitats vitales, el número de especies en peligro es cada vez mayor. Eso afecta también a la humanidad, y al futuro que queremos”.
Los humanos hemos acelerado en las últimas década la alteración de los ecosistemas naturales, provocando una mayor pérdida de biodiversidad y el derrumbe de las barreras naturales que protegen nuestra especie y al conjunto de formas de vida. La alteración de las áreas de distribución de especies, por ejemplo, está facilitando la transmisión de patógenos y, por tanto, un mayor riesgo de aparición de pandemias, según explica Naciones Unidas.
Concretamente, los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3.000 millones de personas. Más del 80% de la dieta humana está compuesta por las plantas. Aproximadamente, el 80% de las personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo, dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud. Pero la pérdida de esta diversidad amenaza todos estos ámbitos, incluida nuestra salud.