Greenpeace ha publicado un innovador estudio realizado por un equipo académico de primer nivel que revela cómo proteger más de un tercio de los océanos del mundo para 2030, un objetivo que, según señala la comunidad científica, es crucial para salvaguardar la biodiversidad y ayudar a mitigar los impactos del cambio climático.
El estudio divide todos los océanos, que cubren casi la mitad del planeta, en 25.000 unidades de 100×100 kilómetros, y luego mapea la distribución de 458 características de conservación diferentes, incluyendo la distribución de la fauna, los ecosistemas o características oceanográficas clave, que generan cientos de escenarios posibles para una red mundial de santuarios oceánicos, libres de la actividad humana más dañina. El estudio evita a propósito áreas de elevada importancia para la pesca comercial para mostrar cómo esta red de santuarios marinos podría funcionar tanto ambiental como económicamente.
Las negociaciones en la ONU hacia un Tratado Global de los Océanos podrían allanar el camino para la protección de los océanos fuera de las fronteras nacionales, que cubren 230 millones de kilómetros cuadrados. Actualmente, menos del 3% de estas aguas están protegidas. Esta investigación desvela lo que significaría proteger completamente el 30% y el 50% de los océanos de todo el mundo. A través de un mapa interactivo es posible explorar los diversos escenarios para su protección, así como los puntos calientes de biodiversidad y las principales amenazas a las que se enfrentan actualmente los océanos.
La vida marina que albergan los océanos es el motor de la bomba biológica del océano: captura el carbono en la superficie y lo almacena a gran profundidad. Sin este servicio esencial, la atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono y la temperatura del planeta sería tan alta que se volvería inhabitable. Sin embargo, los océanos se enfrentan en la actualidad a la creciente explotación por parte de un puñado de naciones ricas. La sobrepesca, la búsqueda de recursos genéticos y la emergente industria minera en los fondos marinos se suman a amenazas más amplias como el cambio climático, la acidificación o la contaminación por plásticos.