Un estudio liderado por la Universidad de Sevilla (US) indica que reduciendo más del 50% del agua de riego en cultivos de tomates cherry, el producto mantiene su calidad tanto comercial como nutricional y funcional. Además los expertos indican que con menos agua se puede incrementar el contenido de carotenoides, compuestos de gran interés en agroalimentación.
Durante tres años un equipo de científicos analizó dos variedades de tomates cherry y otros nueve tipos de tomates, tanto en ciclos de otoño como de primavera en los campos de práctica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA). Con los resultados comprobaron que la técnica denominada “riego deficitario controlado” puede ser beneficiosa para el cultivo de tomates.
Este método consiste en reducir al máximo el riego en la fase de cultivo más resistente e ir incrementando el suministro de agua conforme comienza la fase de cultivo más sensible al estrés. “No se trata de utilizar la mitad del agua sino de realizar un estudio del estado hídrico de la planta y regar el cultivo según sus necesidades”, explicó Mireia Corell, profesora de Ciencias Agroforestales.