El proyecto Ivercam, que comenzó en septiembre del pasado año y se prolongará hasta junio de 2018, estudia cómo el diseño de infraestructuras verdes y la restauración forestal pueden favorecer la adaptación al cambio climático en tres parques nacionales: Picos de Europa, Guadarrama y Sierra Nevada.
Esta iniciativa llevada a cabo por el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria y la Fundación Biodiversidad busca estrategias ante los efectos del cambio climático. Los expertos se hallan analizando soluciones basadas en ecosistemas, con la idea de intentar utilizar los propios mecanismos de naturaleza como “resiliencia” al cambio climático y con el objetivo de adaptarse y superarlo.
Según José Barquín, uno de los investigadores de IH Cantabria, “una de las principales soluciones será el diseño de infraestructuras verdes, que pueden ser restauraciones de zonas de ribera, restauraciones de ladera, promoción de bosque en determinadas zonas y laderas, por ejemplo”.
Este proyecto prevé la realización de una serie de simulaciones climáticas para valorar cuál es el efecto de los cambios de precipitación y de temperatura en cada uno de los parques nacionales que se estudian. Una vez hechas las proyecciones de cambio climático para 2050, con ayuda del satélite se estudiarán cuáles han sido los cambios en la vegetación en las últimas décadas.
El concepto “infraestructuras verdes” todavía no es muy conocido pero, tal como indica Barquín, consiste en la restauración del paisaje. “En los próximos años veremos este término más y más”, agrega.