Los cazadores furtivos se ven atraídos por el valor comercial del marfil y están perjudicando la población de elefantes en Mozambique . Durante el 2017, en la reserva de Nissa 110 de estos animales fueron abatidos. Según un censo aéreo gubernamental y un cálculo de esta reserva, el número de ejemplares ha pasado de 3.675 a entre 1.200 y 1.600 en un año. Mozambique es, por lo tanto, uno de los países africanos más afectados por la actividad de los cazadores furtivos o el tráfico ilegal de marfil.
Según datos de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA), en los últimos siete años fueron incautadas 29 toneladas de marfil procedentes de Mozambique. El elefante africano de sabana está considerado como una especie en peligro de extinción por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) pero aun así siguen produciéndose estas cazas.
El pasado viernes CITES anunció el cierre del mercado nacional de marfil en China que tendrá lugar a finales de 2017. Fueron 183 los países de la convención que el en 2016 solicitaron el cierre de los mercados de marfil. Tal como indica la Administración Nacional de las Áreas de Conservación (ANAC), en lo que va de año se registraron 271 elefantes muertos por cazadores en todas las áreas de conservación de Mozambique, aunque la cifra real puede ser mayor.
Sin ir más lejos, la semana pasada 14 ejemplares fueron abatidos y sus cuernos arrancados. “Estamos satisfechos de ver como muchos países han hecho caso a la petición. Todavía hay motivos para tener esperanza”, señaló el secretario general de CITES, John E. Scanlon. Por su parte la reserva ha denunciado que los traficantes están equipados con ametralladoras y armas de alta precisión.