Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) descubren que las náyades son incapaces de resistir un cambio en su morfología para adaptarse a la nueva alimentación. De manera que esta es una de las causas de su elevada mortalidad así como la contaminación y la pérdida de sus hábitats.
Fuente: Efeverde
La investigación se centró en las distintas fases de desarrollo de las náyades o bivalvos de agua dulce de las especies Margaritifera margaritifera y Unio mancus. Los expertos hallaron que estos animales, cuyas larvas se adhieren a las branquias de algunas especies de peces hasta alcanzar mediante una primera metamorfosis la edad juvenil, se desprenden después para comenzar una segunda fase de vida en los fondos de los ecosistemas en los que habitan.
Según el investigador del MNCN, Joaquín Soler, cuando las náyades se enfrentan a una segunda metamorfosis que cambia su morfología para adaptarse a una alimentación filtradora, muchas de ellas no son capaces de llevar a cabo esta transformación con éxito.
“Aproximadamente el 99% de los ejemplares no sobreviven en la fase larvaria por no encontrar un pez o por caer en lugares inhabitables, sin embargo es en la fase juvenil donde la mortalidad es especialmente elevada”, comenta otro investigador del MNCN, Rafael Araujo.
Fuente: Creatibio
En el estudio analizaron la morfología de ejemplares de ambas especies desde su nacimiento hasta el año de vida y los resultados indican que el cambio de alimentación sucede cuando los juveniles superan un milímetro de talla, es decir, a los 70 días de su nacimiento en el caso de Unio mancus y a los 150-200 días en Margaritifera margaritifera.
Según los datos de estudio, las náyades son especies vitales para el mantenimiento de los ríos y están muy amenazadas a nivel mundial. Las causas son: la contaminación de estos ecosistemas, la pérdida de hábitats y las especies invasoras, entre otras.
