El Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente (FICMA) en Barcelona cierra hoy su 24 edición después de una semana cargada de actos. Anoche se hizo entrega del Sol de Oro al mejor documental largometraje al director alemán Jörg Seibolg por el filme “Greed, a fatal desire”.
Esta edición, en la que se proyectaron 142 películas, acogió a unas 15.000 personas, según informó la organización del “festival medioambiental más antiguo del mundo”. El objetivo del certamen está en que los ciudadanos conozcan de cerca los problemas medioambientales en todo el planeta para “proteger nuestro entorno natural, social y ambiental”.
El lema del festival fue “En su piel”, con el fin de aumentar la “empatía” entre los seres vivos. Además, estuvieron presentes tres generaciones de activistas ambientales y defensores de la vida y la naturaleza, entre otros amantes del cine y el medioambiente.
Según el presidente y fundador del certamen, Claudio Lauria, “el FICMA es mucho más que un Festival de Cine, es un servicio público que entretiene y educa, sensibiliza y genera conciencia”.
Entre sus novedades, destacó la apertura del primer Mercado Mundial del documental ambiental: FICMARKET y el estreno de una nueva Sección Oficial de documental catalán en la nueva sala: los Cines ZumZeig.
En esta edición, el festival contó con el patrocinio de Ecoembes, Agbar y Fundación Bancaria La Caixa y otras entidades públicas. A partir de abril de 2018, de mano de la Organización de los Estados Americanos (OEA), las proyecciones se extenderán a todos los países latinoamericanos