Estudiando los anfípodos, unos pequeños crustáceos que incluye a más de 7.000 especies, en la fosa de las Marianas y en la fosa de Kermadec (ambas en el océano Pacífico), el equipo liderado por Jamieson encontró niveles extremadamente altos de Compuestos orgánicos persistentes (COP’s) en el tejido graso de los crustáceos.
“Hemos identificado extraordinarios niveles de COP’s en los anfípodos endémidos de dos de las fosas oceánicas más profundas del planeta”, aseguran en el informe.
“Los niveles de contaminantes son considerablemente más altos que los niveles documentados en las regiones más cercanas a la industrialización masiva, lo que indica una bioacumulación de contaminación antropogénica”, continúa el estudio que concluye suponiendo que “estos contaminantes están presentes en los océanos de todo el mundo y llenan las profundidades oceánicas”.
Ahora los científicos se preparan para analizar las consecuencias que esto puede tener en la biodiversidad de la zona y en cómo puede afectar al ecosistema oceánico.
Fuente y fotografía: Ecoportal