Organizaciones ambientales han alertado al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de los efectos que está produciendo la masificación del uso deportivo en áreas protegidas y han pedido que establezcan una serie de medidas de prevención, control y la armonización normativa para el uso deportivo de áreas protegidas.
Así, entre las medidas que proponen plantean realizar campañas de sensibilización sobre los problemas que supone el uso público «masificado» y «a menudo descontrolado» de los espacios protegidos e insta a introducir en el currículum escolar de la función que desempeñan los espacios naturales y el conocimiento de los valores que albergan, así como establecer un observatorio científico sobre el impacto del uso público en las áreas protegidas.
Las organizaciones Amigos de la Tierra, Asociación Centaurea, Asociación Redmontañas, Asociación Reforesta, Ecologistas en Acción, Fondo Natural, Mountain Wilderness, SEO/BirdLife, y la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos han mantenido un encuentro con el MAPAMA y el Organismo Autónomo Parques Nacionales para analizar esta cuestión. En ese marco, han explicado como la expansión y el «frecuente descontrol» en las zonas de protegidas de actividades como ciclismo fuera de pista, competiciones, masificación «indiscriminada» de la escalada en roca, suponen «amenazas crecientes» para la conservación de estos espacios.
Si bien, han reconocido que estas actividades tienen escaso impacto sobre la naturaleza cuando se practican a pequeña escala pero los efectos adversos «se disparan» cuando la práctica se masifica o es inadecuada. Además, destaca que «solo una parte reducida» del territorio español tiene «alguna figura de protección», por lo que hay «una mayoría del territorio apto» para realizar actividades deportivas sin comprometer la conservación de los recursos naturales. A este respecto, recuerdan que el Comité Olímpico Español (COE) recomienda «no organizar eventos deportivos en espacios naturales protegidos», frente a la proliferación exponencial en la práctica de actividades recreativas en espacios protegidos, como el descenso en bicicleta todo terreno (BTT) por senderos o fuera de ellos, las carreras por montaña o la escalada en roca.
A estos eventos se suman otras actividades más tradicionales que ya existían en los mismos espacios y que a veces generan conflictos de uso entre colectivos y procesos globales que inciden negativamente en los ecosistemas, como el cambio climático, la deforestación, los procesos erosivos por causas naturales, las especies invasoras, etcétera, todo lo cual interacciona con el uso público masificado incrementando su gravedad y favoreciendo los cambios irreversibles.
«En modo alguno se trata de impedir el uso y disfrute de los espacios naturales, sino de restituir a las áreas protegidas su función básica de conservación, siendo la zonificación de los espacios protegidos la que debe establecer dónde, cuándo, en qué medida y cómo ha de accederse a las distintas áreas que los integran», señalan. Finalmente, entre las recomendaciones aconsejan evitar los periodos críticos para la reproducción de las especies, los horarios nocturnos y el tránsito por las zonas húmedas y zonas de cumbres. En definitiva, instan a aplicar el principio de precaución, es decir que cuando haya dudas sobre el impacto de determinadas prácticas o eventos no se autoricen.
Fuente: Ecoticias