La contaminación de las aguas del Mar Menor es cada vez más preocupante. Es habitual encontrar decenas de medusas muertas en la orilla a causa de la falta de luz en el interior del Mar, prueba palmaria de la degradación de este espacio único.
Las algas y el fango no dejan pasar la luz del sol y han transformado la mayor laguna de agua salada de Europa en un espacio al borde del colapso.
La “sopa verde” en la que se han convertido estas agua alejan a vecinos y turistas de la zona. Es la consecuencia de años y años de vertidos, la mayoría de origen agrícola. De nada han servido las denuncias de los vecinos, que llevan dos décadas alertando de la situación.
Fuente y fotografía: La Vanguardia