El calentamiento de las aguas del Atlántico Norte está permitiendo la proliferación de bacterias patógenas. Un análisis de muestras de plancton conservadas desde hace 60 años revela la presencia creciente de microorganismos emparentados con la bacteria del cólera. A la par que la temperatura de las aguas costeras de Europa y América del Norte, también ha crecido el número de infecciones en humanos.
Las bacterias marinas suponen la mayor parte de biomasa de los océanos. Dentro de estos microorganismos procariontes hay un género de apenas 200 especies llamado Vibrio. Entre las vibrio hay tres especies muy seguidas por los científicos por su carácter patógeno. La más conocida es la Vibrio cholerae. Dos de sus variedades, la O1 y O139, son las causantes del cólera, una enfermedad que solo en España acabó con la vida de un millón de personas en el siglo XIX.
Eso fue hace mucho tiempo. Desde mediados del siglo pasado, el cólera rara vez sale de las latitudes intertropicales. Sin embargo, desde hace al menos una década, las infecciones por vibrio en las costas atlánticas de América del Norte o Europa no han dejado de aumentar. No se puede hablar de epidemia, pero no dejan de intrigar a los científicos: ¿Por qué se producen más intoxicaciones por V. cholerae o V. parahaemolyticus o infecciones por V. vulnificus en las playas del Báltico, Islandia o Galicia?
La causa podría ser el calentamiento global y, en particular, el aumento de la temperatura de las aguas superficiales del Atlántico Norte.
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