Si Roma es populosa y turística a rabiar, su nivel de contaminación no le va a la zaga. Además, es conocida la relación tan especial que tienen los romanos con las aguas públicas. Desde la época romana siempre han sentido una gran atracción por las aguas públicas, como lo demuestran innumerables monumentos antiguos, como los acueductos y los baños termales, así como sus más de dos mil fuentes.
En la lista se nos olvida el río Tíber, también de gran importancia histórica, que atraviesa la ciudad. Eso sí, a día de hoy no puede decirse que tenga un caudal limpio, precisamente. Si de mirarnos en sus aguas como si fueran un espejo mejor nos olvidamos, además su falta de transparencia esconde una contaminación importante.
Plantas purificadoras
¿Cómo limpiar el río Tíber? Con un mucho de imaginación y otro tanto de ingenio, el proyecto Albula, diseñado por el estudio de arquitectura Delta, es un intento para mejorar la calidad de las aguas del Tíber, si bien podría aplicarse a otros ríos.
Se trata de una estructura flotante interactiva que combina elementos de los tradicionales molinos de agua con procesos de fitorremediación, nombre con el que se conoce un sistema basado en el uso de plantas para la descontaminación de suelos, aire y aguas.
En concreto, la fitorremediación de aguas residuales hace uso tanto de plantas, algas (ficorremediación) u hongos (micorremediación) como de ecosistemas en los que éstos estén presentes para aprovechar su gran capacidad de depuración de un modo sostenible.
Una plataforma flotante
Además de una plataforma y una estructura metálica, el proyecto consta de una rueda hidráulica y de un tanque de almacenamiento de agua. El uso de las plantas para purificar el agua de patógenos y metales pesados se realiza desde unas bolsas suspendidas en las que realizan la depuración, con la colaboración de la rueda de agua, accionada con un motor eléctrico accionado por sensores de movimiento que se activan cuando la gente se acerca.
El resultado es fascinante: al tiempo que cuelgan de la estructura metálica y purifican el agua del río crean un entorno muy agradable, que añade a su función limpiadora una utilidad de disfrute de la ciudad. Además, conforman un hábitat que proporciona sombra y refrigeración, con la particularidad de que el espectáculo por la noche es precioso.
El proyecto, por otra parte, está diseñado en clave de código abierto, por lo que admite mejoras de forma permanente, aportadas de forma colaborativa, y además ello lo convierte en un proyecto escalable que, por lo tanto, puede ser replicado donde convenga.
Contaminación del río Tíber
En efecto, este proyecto, pensando en principio para descontaminar el río Tíber, será aplicable a cualquier otro río. Eso sí, cambiando lo que hubiese que cambiar. Es decir, tirando de “mutatis mutandis”, como dirían los antiguos romanos que vivieron en la época clásica junto a este río, por aquel entonces un lugar menos polucionado.
Si entonces se utilizaba como vía de transporte y comunicación, en la actualidad también tiene mucho protagonismo. A lo largo de sus orillas se realizan numerosas actividades como mercadillos, eventos culturales y artísticos o gastronómicos, pongamos por caso. ¿Pero, es un lugar idóneo para pasear y disfrutar del encanto de Roma?
Son muchos los puentes que lo atraviesan, escenarios históricos de la urbe, y se organizan pequeños cruceros turísticos para conocer mejor la ciudad de Roma. Sin embargo, más allá de su imagen idílica, la calidad de las aguas deja mucho que desear.
Se trata, en efecto, de un ecosistema polucionado, que requiere de intervenciones efectivas para poder detener su progresivo deterioro. Al igual que ocurre con otros muchos ríos que atraviesan grandes ciudades a lo largo y ancho del mundo.
Crisis del agua dulce
La crisis del agua dulce que padece el planeta se debe, en buena parte, a la polución de los ríos. Más allá de los problemas relacionados con el ciclo hidrológico, a consecuencia de los sistemas de represas, el calentamiento global y sus eventos extremos, la contaminación de sus aguas es un problema crítico.
Cada vez con menos agua y más polucionada, los ríos, principales proveedores de agua del mundo, están en las últimas. Entre los ríos que más riesgo tienen de “morir”, según la organización WWF, podemos citar el río Salween, en el Suréste Asiático, el Danubio, el Río de la Plata (Argentina y Uruguay), el Río Grande, en Estados Unidos, el Ganges (India), el Indo, conocido como el gran río de Asia, el Nilo, el mayor río de África, el sistema hídrico australiano Murray-Darling, el río Mekong, que atraviesa aos, CAmboya y Vietnam y, en décimo lugar, el Yangze, el más largo de Asia.
Todos ellos están gravemente afectados por la polución. Pero no solo ellos. Son distintas las causas que provocan que, de los 500 ríos más importantes del mundo, más de la mitad estén contaminados. ¿La solución? De igual modo que es un problema multifactorial, también la solución es compleja.
Sin duda, la solución van más allá de este tipo de proyectos, pero al ser iniciativas participativas a la hora de crearlos y también de disfrutar del resultado a nivel ciudadano su efectividad va más allá de la limpieza lograda. Sobre todo, pueden mejorar de forma constante gracias a su código abierto, así como hacer una gran diferencia a nivel de concienciación. Un primer paso no solo para descontaminar, sino para implicar a la ciudadanía y a todos los sectores implicados para prevenir esa contaminación.
Créditos imagen: Delta Studio
Fuente: Ecología Verde