Los científicos de la Universidad de Washington presentaron pruebas de un futuro desolador para los mitílidos -moluscos conocidos como mejillones o choros-, durante la reunión de la Sociedad de Biología Experimental del 6 de julio. Su estudio advierte que a causa de la acidificación del mar estas especies perderán su habilidad para agarrarse de las rocas, lo que las hará presa fácil de los depredadores.
Hoy en día los océanos tienen un pH de aproximadamente 8,1, pero si este comienza a bajar, la adhesión de los moluscos se vuelve más débil, y “podría tener ramificaciones en la cadena mundial de alimentos, la economía y la salud del ecosistema”, planteó la Escuela de Estudios Forestales y Ambientales de la Universidad de Yale, al analizar en un debate público las conclusiones del estudio de Washington.
Los mejillones “son una fuente de alimento fundamental para las comunidades costeras”, resaltó.
Además destacó un rol importante que tienen al purificar el ambiente de los contaminantes que fluyen con las aguas de las lluvias. “Juegan un papel importante en el filtrado de los contaminantes de las vías fluviales”.
El estudio de Washington explica que los mejillones se adhieren a las superficies duras y en este estado filtran el agua del mar y se nutren del plancton. Normalmente lo hacen en zonas donde hay fuertes olas y poderosas corrientes marinas, que los protegen de ser presa, por ejemplo, de los cangrejos, peces y estrellas de mar.
Si no se apegan, y se hunden en aguas más tranquilas, “serán comidos fácilmente”, dijo la profesora de biología de la Universidad de Washington Emily Carrington, quien presentó pruebas realizadas en su laboratorio sobre el comportamiento ante la diferencia de acidez (ph).
“Un fuerte apego es, literalmente, la línea vital de un mejillón”, dijo la Sra. Carrington. Sus registros mostraron que la unión de los mejillones se hizo más débil, ante un nivel de pH del agua bajo 7,6 (más ácido), agregó la especialista.
Emily Carrington analizó además el ambiente de los mejillones en las granjas acuícolas, industria que en Estados Unidos maneja un valor estimado de 1,4 mil millones de dólares (cifras de Yale). Ahí los moluscos se adhieren a cuerdas suspendidas en el agua de seis a doce meses hasta adquirir el tamaño del mercado.
Al medir su adherencia desde un ph 8 (menos ácido), hasta uno de nivel 7 y luego de nivel 5 (más ácido), reveló que estas especies pierden un 25 por ciento de la adherencia a las cuerdas.
“Llegamos a la conclusión de que los mejillones se basan en el alto pH del agua de mar para mantener su adhesividad de manera eficaz y crear vínculos fuertes”, dijo Carrington.
“El aumento de las emisiones de dióxido de carbono han causado que los océanos del mundo lleguen a ser un 30 por ciento más ácidos desde la revolución industrial, lo que afecta a todo, desde la capacidad de la vida marina para construir sus conchas hasta el nivel de pH de la sangre de los peces”, destacó la Universidad de Yale recordando estudios pasados que corroboran estos hechos.
Una investigación del 2014, demostró que los caracoles se estaban disolviendo en las costas del oeste de Estados Unidos, y otro en 2012 destacó un problema similar en la Antártida.
Las siguientes imágenes de David Littschwager/National Geographic Society evidencian los cambios que están sufriendo hoy en día los moluscos por el aumento de acidez en los océanos.
Fuente y fotografía: La gran época