La organización animalista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha advertido este miércoles de que la reserva de caza de Selous, ubicada en el sureste de Tanzania y la más antigua de todo África, podría ver decrecer su población de elefantes en seis años si no se toman medidas urgentes para frenar la caza furtiva a escala industrial.
Selous es la zona protegida de mayor tamaño del país y alberga a una de las mayores concentraciones de elefantes del continente, pero la creciente de caza furtiva para conseguir el marfil de sus colmillos ha reducido la población de elefantes en un 90 por ciento en menos de 40 años, según el último estudio de WWf.
De los cerca de 110.000 elefantes que en su momento cubrían la sabana, los humedales y los bosques de Selous, sólo quedan unos 15.000 ejemplares. Este estudio, elaborado por Dalberg Global Development Advisors y patrocinado por WWF, muestra que la pérdida de elefantes en Selous podría tener un efecto negativo en la economía del país, que se basa en su naturaleza, y que por ello se podría poner en peligro el modo de subsistencia de 1,2 millones de personas.
El turismo en Selous generan cerca de seis millones de dólares cada año y la industria turística representa una contribución anual combinada de 5.000 millones al producto interior bruto de Tanzania, que posee activos de renombre mundial, como el monte Kilimanjaro o el parque nacional del Serengueti.
«Selous es el único sitio Patrimonio de la Humanidad en Tanzania y una de las áreas silvestres más extensas de África. Su valor para Tanzania –y para el resto del mundo– depende de sus poblaciones animales y de sus inmaculados ecosistemas», ha asegurado el director de WWF para el país, Amani Ngusaru. En 2014, la UNESCO dio a Selous el estatus de Patrimonio de la Humanidad en peligro, debido a la severidad de la caza furtiva de elefantes.
En el momento actual de crisis, una media de seis elefantes de la reserva son cazados por grupos criminales cada día. La UNESCO también ha expresado su preocupación por otra de las actividades industriales potencialmente dañinas que están amenazando la reserva: la exploración minera, gasista y petrolera, así como la construcción de presas.
Fuente y fotografía: Econoticias